El 2% es de ley

En el año 1978 nació un movimiento asociativo formado por familiares de personas con diferentes capacidades que buscaban para estos un reconocimiento social.
Este movimiento estaba formado en sus inicios por entidades de diferentes localidades de la provincia de Badajoz bajo el nombre de Aprosuba y dos de la provincia de Cáceres (Placeat y Proa). De esta manera constituyeron la federación regional FASEX, cuyas siglas significaban “Federación de Asociaciones pro Subnormales de Extremadura”. En aquellos años, dicha palabra no tenía la acepción peyorativa e insultante que pronto comenzó a tener.
Más tarde, por los 90, la federación se transformó en FEAPS Extremadura y es ya en 2015 cuando se acuerda el cambio de nombre a “Plena Inclusión Extremadura”, con un propósito fundamental: que toda la sociedad conozca de forma clara y concisa la inclusión real de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo. A partir de este momento, las diferentes asociaciones Aprosuba (acrónimo de “Asociación pro Subnormales de Badajoz”) iniciaron el cambio de nombre a “Plena Inclusión”, al igual que en su día lo hizo la Federación.
En nuestra Asociación se acordó en Asamblea de Socios el cambio de nombre de “Aprosuba 13”a “Plena Inclusión Villafranca de los Barros” y, tras un período en el que han convivido los dos nombres con la intención deliberada de facilitar la idea del cambio, ha llegado el momento de dejar atrás el nombre de “Aprosuba” y seguir avanzando.
Vivimos en el año 2020, a punto de entrar en el 2021 y sin olvidar jamás a todos aquellos que fueron pioneros en nuestra Asociación, a los que siempre estaremos muy agradecidos, es necesario añadir nuevos métodos y nuevos objetivos, aprovechando todo lo aprendido y mejorándolo para el bien de las personas con diferentes capacidades y sus familias. La mejor manera es expresarlo con un nombre que nos representa y a la vez reivindica todo por lo que luchamos en estos momentos, que es que cada persona con discapacidad intelectual o del desarrollo pueda tener un proyecto de vida propio, y pueda también participar en la sociedad como el resto de ciudadanos y ciudadanas.
El 15 de marzo , cuando ya se divisaba en el panorama Nacional el decreto de alarma, empezó a surgir en mi cabeza la idea de mantener un contacto con los chicos de «Ahora me toca a mí». Yo pertenezco a un grupo de riesgo de contagio ante el Covid’19 y ellos a un sector que no entiende de estados de excepción , necesitan apoyos y el vivir esta situación se planteaba como una ardua tarea. El grupo de WhatsApp comenzó con 4 miembros (literalmente), en el que participábamos mandando enlaces de museos virtuales, videos en YouTube, películas , libros en lectura fácil… Recursos que les ayudasen a mantenerse ocupados.
El sábado ante tanta información y pánico hicimos la primera videollamada, después de los aplausos. Desde entonces cada día a las 20:15 tenemos esa cita , una ventana abierta al «exterior».
Poco a poco el grupo fue creciendo en número de miembros, tanto monitores como chavales que mostraban interés en participar. También fuimos creando lazos con un grupo paralelo creado para el programa «ponte mis zapatos» y el feedback entre ambos está resultando y nutriendo a ambos. También creció en objetivos: mantener rutinas, sacar lo positivo de cada día y que no decaiga el ánimo. A través de fotos que enviamos haciendo nuestras tareas diarias y de tardes más relajadas de charlas los días se hacen más amenos. Cada día es un reto , una temática diferente en el grupo y en las videollamadas llegando incluso a disfrazarnos para la conexión. Todos plasmamos en papel lo positivo de cada día. Las familias de los chavales también se han unido y nos hacen de enlace en algunos casos , surgiendo así una red de apoyos , un espacio de encuentro en este «tiempo de desconcierto».
En estos días de miedos silenciosos, de trinos de pájaros en vez de motores de coches, de asimilar el vivir en una especie de trailer de ciencia ficción, las acciones humanas nos arrastran hasta la realidad.
Para nosotros esta realidad es optimista: ante lo peor, sale lo mejor de cada uno.
Una de estas últimas muestras nos llega gracias al Plan de Alfabetización y al Ayuntamiento de nuestra localidad.
Gracias por protegernos.
Resistencia.
Avanti.